Consejos para el cuidado de la piel: protege tu piel de la exposición al sol

De vez en cuando, todas necesitamos un recordatorio sobre cómo cuidar de nuestra piel adecuadamente. Al fin y al cabo, es fácil perderse en los ajustes mensuales o en probar nuevos productos y por eso nos olvidamos de elementos que no deberíamos perder de vista. Solemos desatender pequeños detalles como colocar suero tras limpiar nuestra piel y antes de aplicar cualquier otro producto. Otras veces nos olvidamos completamente del uso de algunos productos como la crema con retinol u olvidamos nuestra mascarilla habitual. Cada una de estas cosas tiene su efecto en la salud global de nuestra piel y es por eso que a menudo pasamos mucho tiempo tratando de corregir nuestros propios errores. Algo que debemos tratar de tener siempre presente es el uso de protector solar; es esencial para garantizar el cuidado de nuestra piel tanto a corto como a largo plazo. El protector solar, la crema hidratante con SPF o los productos similares ayudan a reducir los signos del envejecimiento.

Anatomía de un rayo de sol
Existen dos tipos de rayos ultravioleta (UV) que nos preocupan cuando hablamos de la exposición al sol. Tanto los rayos UVA como los rayos UVB juegan un papel importante en cuanto a la predisposición de nuestra piel a las enfermedades y en su salud en general. El hecho de que el sol pueda contribuir a nuestra salud es la razón por la que tenemos una relación tan complicada con la exposición al sol. Básicamente, cualquier exposición debe ser breve, controlada y contar con la protección solar adecuada. Los rayos UVA tienen algunos de los efectos más inquietantes para aquellas que nos preocupamos por evitar los signos del envejecimiento a toda costa. Estos rayos pueden penetrar profundamente en la piel y causar daño en cada una de sus capas, y suelen ser los responsables de la introducción de los radicales libres, la principal causa del foto-envejecimiento. 
Sin embargo, los rayos UVB tampoco se salvan y son responsables tanto de quemaduras en la piel como de posibles daños que pueden resultar en cáncer de piel. Necesitamos protegernos tanto de los rayos UVA como de los rayos UVB.

La inspección de las lesiones
Decirte que evites la exposición al sol no es tan efectivo como explicarte el tipo de lesiones que podrías sufrir. Como ya hemos mencionado, los rayos UVA son los responsables de los radicales libres y penetran profundamente en la piel. Esto es un problema, ya que los radicales libres se enlazan continuamente con la estructura de diferentes componentes del cuerpo y la rompen. Son especialmente efectivos debilitando el colágeno, una proteína estructural importante para tu cuerpo, muy común en la piel y, de hecho, la responsable de que esta se conserve joven y firme. La necesitamos y, sin embargo, disminuye en cantidad a medida que envejecemos. Si contribuimos a esta disminución exponiéndonos al sol sin protección alguna, estaremos ayudando a que este proceso se acelere. Además, tanto los rayos UVA como los rayos UVB pueden llegar a provocar daños directos al ADN a través de las células de la piel. Este daño es lo que conduce a problemas constantes en la piel que pueden acabar causando cáncer. En consecuencia, te recomendamos que nunca olvides usar un protector solar.

La protección de tu piel
Utilizar protector solar o cualquier otro producto que incluya SPF es la única forma fiable de proteger verdaderamente tu piel. Técnicamente, tu piel protege tu cuerpo mientras que los aceites naturales tratan de proteger tu piel, aunque estos no llegan a cumplir su tarea con éxito. Ninguno de estos aceites ofrece a tu piel el amplio espectro contra los rayos UVA y UVB que necesitas para reducir las lesiones causadas por el sol. Sin estos productos, tu piel simplemente absorbe los rayos UV. Recomendamos el uso de productos con SPF 30 o superior para proteger tu piel de forma adecuada. Puedes utilizar productos de hasta 80 o más pero, los que cuentan con niveles muy altos no protegen tanto como podríamos imaginarnos. Además, es posible que quieras echarle un vistazo a los ingredientes activos de los productos que compras. Trata de encontrar aquellos que incluyan óxido de zinc en su lista de ingredientes activos. Estos protectores solares son bloqueadores físicos que reflejan los rayos UV en lugar de absorberlos a través de tu piel, lo que los hace aún más eficaces.

Dar a tu piel una protección solar adecuada es necesario para un cuidado a largo plazo. Tu piel puede tolerar una cierta exposición al sol, pero cuanto más la expongas sin protección, más se irá dañando paulatinamente, hasta que las lesiones sean evidentes con cierta edad. Pequeñas acciones como proteger tu piel de la exposición al sol con un protector solar, reducir el tiempo que pasas al aire libre y no permanecer sentada bajo los rayos de sol junto a grandes ventanas pueden acabar dando sus frutos. A la larga, agradecerás el esfuerzo.

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